Este es un detalle técnico que pocos conocen y no verás explicado en los manuales de hoy en día, pero es una molesta realidad que puede evitarte muchos enredos en vías largas.
Cuando escalamos con dos cuerdas —por ejemplo, roja a la izquierda y azul a la derecha— y una sola persona va siempre de primera, las cuerdas suben en paralelo y no hay ningún problema porque salvo que hagamos algo mal, cada una queda en su lado, sin cruzarse.
Pero cuando cambiamos de primero, aunque mantengamos la misma colocación en el arnés (roja a la izquierda, azul a la derecha), ocurre un efecto inevitable: las cuerdas se cruzan.
¿Por qué?
Porque al cambiar de primero, es como si diéramos la vuelta al sistema entero.
Las cuerdas, al seguir atadas igual, se cruzan en forma de X al avanzar.
Esto pasa siempre, salvo que hagamos algo para evitarlo:
· O bien desatamos una cuerda y la volvemos a colocar en su lado correcto,
· O mejor nos la pasamos por detrás del cuerpo, devolviéndola a su lugar respecto al sentido de avance.
Se ve clarísimo cuando estás de segundo en la reunión, y tu compi ya ha recogido toda la cuerda.
Solo tienes que mirar: si están cruzadas, solucionaló antes de salir.
¿Y si vamos con cuerda simple?
Hay un efecto parecido: la cuerda se riza por ese mismo giro invertido.
En resumen:
· Si alternas largos y no recolocas las cuerdas, se cruzan (o se rizan).
· Entenderlo te ahorra enredos y cuerdas liadas más arriba.
Pruébalo en tu próxima vía. Lo verás claro.