Rapela con seguridad

El rápel es una maniobra divertida, generalmente sencilla, pero también puede convertirse en una pesadilla.

Aún por muy expertos que seamos, existen posibilidades reales y frecuentes que lo convierten en una maniobra de riesgo: exceso de confianza, minusvaloración de riesgos, cansancio, viento, frío, lluvia, oscuridad, caída de piedras, un nudo que se atasca en mitad de la pared, el pelo enredado en el descensor, una cuerda dañada por una arista…

Los conocimientos, la práctica y la experiencia son requisitos obligatorios para para afrontar los rapeles con seguridad.

Cada rápel es diferente y hay que valorar los riesgos in situ.

  • Valora destrepar, en muchas ocasiones puede ser más recomendable y seguro.
  • Usa dos puntos sólidos y fiables para rapelar.
  • Selecciona el material adecuado.
  • Domina los nudos de unión de cuerdas, usando el más apropiado a las circunstancias.
  • Generalmente realiza un nudo al final de los cabos.
  • Alarga el descensor del arnés.
  • Usa un anillo autobloqueante por debajo del descensor, sujeto al arnés o al mosquetón
  • Revisa el montaje varias veces antes de soltarte e iniciar el descenso.
  • Aprende como solventar el rápel ante la pérdida del descensor.
  • Considera formarte en técnicas básicas de autorrescate.
  • No bajes la guardia antes de llegar al suelo.
  • ¡Práctica a menudo!
Rapela seguro
Consejos y peligros del rápel
Montaje del rápel

Si te interesa, echa un vistazo a nuestros cursos de rapel y de autorrescate.

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