En la Sierra de Guadarrama apenas tenemos aristas escarpadas y formaciones rocosas de este estilo que hagan las delicias de quienes gustan de estos recorridos.
Una de las pocas crestas se encuentra en las inmediaciones del Puerto de Navacerrada y aunque es un recorrido muy corto, tenemos varias alternativas para su inicio y dificultad que pueden incrementar su atractivo.
La forma en que la contamos es buscando el camino más lógico y siempre más aéreo, tratando de no encontrar dificultades por encima del IV grado ni salirnos a sus zonas más amplias.
Historia | Primera ascensión conocida Miguel Barroso y Agustín Arranz en 1990 |
Orientación | Sur (sombra hasta media mañana) |
Longitud | 120m aprox |
Dificultad | III a V+ segun recorrido elegido |
Equipamiento | Limpia |
Material | 8 cintas exprés extensibles, 6 friends variados (0,3 al 3), fisureros y varios anillos de 120cm. |
Horario | Aproximación 30′, Escalada 1h30′, Regreso 30′. |
Aproximación | Desde el parking de Navacerrada vamos al puesto de la Cruz Roja y seguimos subiendo hasta un camino con una puerta. Subimos por el camino hasta el collado de los Emburriaderos y desde allí cogemos el sendero que baja. Al poco divisamos el final de la cresta del Cuco y seguimos hasta ella sin pérdida alguna. |
Descenso | Desde el final de la cresta se baja casi andando |
Descripción de la cresta
(Nosotros la realizamos en ensamble con 3 largos)
Primer largo (IV+)
Comenzamos lo más abajo posible, algo a la izquierda para subirnos a una primera y corta aguja.
Bajamos un poco y seguimos por el evidente espolón, buscando el camino más evidente (algo a la izquierda) con buenos agarres y protecciones. Al final de este espolón, en una repisa, montamos la primera reunión.
Segundo largo (IV)
Seguimos por el siguiente espolón, buscando lo más evidente. En su final llegamos a una pequeña brecha que hay que destrepar para continuar por una evidente placa con una seta característica. A su final montamos reunión evidente antes de iniciar la parte más aérea del recorrido.
Tercer largo (III+)
Recorremos la aérea cresta hasta que se corta. Destrepamos hacia la izquierda y la alcanzamos de nuevo la cresta, subiendo por un resalte con unos dientes característicos, por los que progresamos asegurándonos conforme va perdiendo dificultad y llegamos a su fin.
Es una cresta corta, pero muy sencilla, divertida y didáctica, donde practicar y aprender.
Sin embargo, no podemos obviar que nos encontramos en terreno de alta montaña y donde algunos tramos se muestran inestables y peligrosos.